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El verdadero enemigo es el alborotador

Las divisiones hablando en términos generales muchas veces nos sirven para construir, para organizar y ordenar aspectos y procesos que nos llevan a un objetivo específico, pero la mala interpretación de una división puede lograr precisamente eso dividir a un mundo entero.

Para conocer más sobre esto, tomemos el ejemplo de las cien hormigas negras y las cien hormigas rojas, una reflexión señala que si pones sien hormigas rojas y 100 hormigas negras dentro de un frasco no pasara nada y podrán convivir en completa armonía ya que sus características son similares, en cambio sí tomas el frasco y lo agitas violentamente para después dejarlo en la mesa las hormigas comenzarán a matarse entre sí ya que las hormigas rojas creen que las negras son las enemigas mientras que las negras creen que las hormigas rojas son las enemigas, cuando el verdadero enemigo es la persona que sacudió el frasco y esto mismo ocurre en nuestra sociedad las divisiones han herido mucho la paz mundial. Hacer divisiones de hombres y mujeres, ricos y pobres, jóvenes y viejos y ricos contra pobres no aportan absolutamente nada en cambio logran poner en dos extremos a dos partes de la población que poseen características diferentes a sus adversos y logran que estas características en lugar de aportar puedan superar a la de los demás, haciendo que las diferencias no sean más que un motivo de lucha, pero antes de pelear entre nosotros la primer pregunta que nos deberíamos hacer es ¿Quién sacudió el frasco?, quién está alborotando las masas y dividiendo a las personas, ese es el verdadero enemigo a quién debemos eliminar para poder ser felices con y para nuestras diferencias, sólo así podremos convivir en armonía sin dañar a nadie.       

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