
¿El que paga manda?
Para saber cómo es el cliente dominante debemos centrarnos en su comportamiento principal: Es una persona que necesita tener el control de la situación, y actúa. En general, si este tipo de clientes lleva la batuta de la venta se encuentran cómodos y las cosas fluyen. Y tendrás problemas cuando intentes imponer tu voluntad, o normas, más allá de lo que entiendan que es su territorio.
Son clientes que consideran primordial aquello de que “el cliente siempre tiene la razón” piensan que el que paga manda. Tu reto está en conseguir cumplir sus deseos y, al mismo tiempo, proteger a los clientes dominantes de sí mismos, ya que la cuesta aceptar consejos ajenos. Por supuesto, todo dentro de las normas de la empresa, que son límites que buscará traspasar. Las razones por las que tu cliente es dominante son innumerables, porque es un perfil muy generalizado y que abarca muchos matices. Muchos han tenido que superar dificultades grandes en su vida, muchas adversidades. Por lo tanto, consideran que, si ellos han tenido que luchar y superar, los demás pueden y deben hacer lo mismo. La ambición es una de las mayores motivaciones de los clientes dominantes. Querer tener o ser más; sin un objetivo concreto. El placer lo tienen en el proceso de logro, y no en el objetivo conseguido. Por eso, cuando han alcanzado el objetivo, la satisfacción dura poco y necesitan uno nuevo de inmediato.
Ideas y sueños de hacer grandes cosas también les encanta a muchos perfiles dominantes. Sin embargo, grandes cosas, para ellos, no es lo que puede hacer cualquiera, como tener un hijo, plantar un árbol o escribir un libro. Ellos tienen que lograr el mejor hijo, el mejor árbol y libro.